...y no es la ausencia la que duele en realidad, son las marcas que dejamos en la piel, con tanta fuerza que no dejan respirar, con tanta fuerza, como un acto criminal...
XVI
El perjurio tulló la sepa de mí alma
Llegó intangible, lleno de egocentrismo y crueldad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario