La Sangre del medio día

El cielo viste nubes pardas,

El parentesco va menguando,

Se desvanece todo rastro.

Fugaz.

¿Acaso vas al infinito?

¡No, no olvides tu propósito!

El sol está oculto pero no tú vida, no tú vida…

Ya va saliendo, tan hermosa y abrumadora,

Espérala como espero salir corriendo velozmente de aquí.

XV


Cuando viertas sobre mí, del túnel refulgente la hipocresía, y apoyes tus manos en la carne imperturbable, avivare el fuego en tus pesadillas, y como quien duerme por encanto y renace tal cual habiendo pisado el huerto de Hera, dominaré en tus sueños y en tus sueños viviré hasta el día en que los carros del hades emerjan por ti.