para ti



¿Que puedo hacer? sino tocar tu cuerpo, cada vez que lo permitas, una y otra y otra y otra y otra vez, hasta caer dormido en tu brazos de papel, mientras tú vientre me da la suavidad que busco en las horas de embriaguez.

V

Tus manos fueron velas.
Me guiaron a la mar.
Te busque y te encontré.
En el barco, mi cama.
Pasmada y desnuda.
__________
Resbalé por el dorso y
caí en la popa,
despeñando la ancla.
Me adherí a ti. Proa y popa.
Luego atracamos
en la masa ávida, provocando
una conmoción alterna.

IV

Nueve, once,
pedimos un peso.
Marcharon cuatro obesas,
a las cuatro besamos.

Solo gozamos de un tabaco;
y al menos 30 caballeros
calcinados.

Las medias cuestan doce.

Hay algo que esperar.
Un peso, una morena, alguien que se
ablande, cuando caminas ebrio.

Llegó la morena, lleno medio vaso,
Ya no pido un peso,
Solo que esto,
no se acabe durante un buen rato.

III

Tres de la mañana. Hamburguesas de diez. Música lenta en el carro.
(Música, piano, igual a cena aristócrata) Yo sin corbata, ella sin vestir un elegante harapo de $5000. No, ni siquiera teníamos que beber, guardamos $30 para la gasolina. Hay quienes cenan cordero y vino tinto, y se limpian con pañuelos de seda. Pero nosotros, cenábamos hamburguesas, mientras afuera en la calle, un par de perros danzaban al ritmo del piano, junto a una cachorra desnutrida, con el fin de penetrarla.

I

Voy mirando un viejo tren,
lleva consigo, inertes células embalsamadas,
a un camino sin retorno.

Mientras se pierde en la puesta;
en el viento,
la ausencia va dejando.

II

Tu voz tenue, es
amedrentada por el suicidio.

Vas a caer, con las escamas
intactas, sin rasguños
ni heridas en la tez.

Y como bala en el túnel,
esperando el gatillo,
también tú, vas a estallar.