...y no es la ausencia la que duele en realidad, son las marcas que dejamos en la piel, con tanta fuerza que no dejan respirar, con tanta fuerza, como un acto criminal...
I
Voy mirando un viejo tren, lleva consigo, inertes células embalsamadas, a un camino sin retorno.
Mientras se pierde en la puesta; en el viento, la ausencia va dejando.
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