12:39

Estoy entrando sutilmente a la breña de lo que un día fue un erial. Tu vientre se estremece en mis garras y tus manos se alojan en la almohada limitando un eco sin retorno a mis oídos. Pero no siento ya nada. Excepto tus caderas que se postran como el tiempo en un reloj de arena. Quisiera detonar la hipocresía, pero he llegado al punto más consciente de mis actos, en el momento menos indicado. Si el albor por la ventana encontrara mi rostro…

12:55

Mi corazón galopa súbitamente, me vienes al instinto con tanta fuerza. Cálida excitación. Te miro en la penumbra desnuda, y el compás de tus pechos sobresaltados. Mis garfios se vuelven dedos buscando la gracia de tu cana piel, mi fuerza concluye y me viene un péndulo cálido. Mis bordes resbalan por tu cuello, mis dedos escudriñan tu cabellera y lentamente se corren a tus flancos devorando cada gota de pasión que arrojan tus poros. Me fundo en tu exquisita figura, como el acero en el fuego, como una voz en el viento.

01:09

Siento la humedad ardiente y la potencia de la lluvia cuando sucumbe ante la excitación del clima. Luego tu cuerpo termina serpenteando entre mis brazos. Me abriga una chispa, luego otra y después un estallido que es devorado por tu aliciente voz descolgada en un eco estruendoso.

01:14

Me acerco lentamente a tus labios y miro tus ojos. Están cerrados. Tus pómulos hinchados y tu labio inferior presa de tus perlas. Eres tú… nunca dejaste de serlo. Fui yo quien te abandono sin que te dieras cuenta.


1 comentario:

Anónimo dijo...

mejor forma de expresar el acto y con tal intencidad no he leido,me encanta su forma de escribir! me lleva al momento!